En este año, como en ningún otro desde hace tiempo (hubo un momento en que iba a recitales más que ahora, pero de bandas más multitudinarias, como Los Redondos, Los Cadillacs, los Visitantes, Spinetta, hasta Charly, je), fui a recitales.
Un queridísimo amigo mío estos días me dijo que su forma de despejarse este año fue ir al cine, dos o tres veces por semana, o unas diez veces al mes. Yo tengo el problema que, si bien el cine me encanta, y dado el cambio que experimenté el año pasado con mi enfermedad, prioricé el aspecto relacional del despeje, esto es, conocer nuevas personas, porque voy a los recitales no solo por el recital en sí, sino para conocer gente, charlar, hacer nuevas amistades. El cine, aún cuando uno vaya con alguien, es una experiencia en solitario. Un recital, no. Es algo comunitario. Recuerden, sino, lo que era ir a misa en los 80.
Igual acá no voy a contar lo que conté otras veces. Voy a resumir, simplemente, los recitales de
Flopa (visiten este sitio, lo renovó y le quedó realmente hermoso) y
Gabo a los que fui entre la última semana de noviembre y diciembre.
* - * - * - * - * - * - * - * - *En la presentación de Flopa -tres- en El Nacional, se presentaron diversos artistas invitados. En la primera estuve saliendo de una mezcla bastante letal de gripe y resfrío que me dejó de cama por unos días, así que no fui.
Al segundo, fue Seba Ibarra, el cual combina en su banda, con un sonido "moderno" elementos de música litoraleña, como chamamés, polkas, chamarritas... Sinceramente, me gustó.
Al tercer recital de Flopa en El Nacional estuvo Mariana Vázquez, música uruguaya (lo cual para mí, qué le vamos a hacer, es un plus, como si me dicen "es cine francés" o "es cine inglés" o "es rock inglés") donde el bagaje cultural, la tradición, los buenos músicos y talentosos que han salido de allí -excepción hecha de aberraciones como Jorge Drexler, tan blandito que... ajjjj-, sabe uno que no se halla frente a artistas improvisados sino que son gente que no confía sólo en su instinto musical sino que se preparan para explotar mejor sus capacidades innatas.
Y la verdad que esta muchacha no defraudó. Tocó siete u ocho temas, y en todos mostró solvencia y soltura en la ejecución de su instrumento, la guitarra, y con su voz, una voz fuerte, trabajada, hermosa, en canciones que no eran sencillas por la armonización y el modo de cantar que exigían los temas (de ella y principalmente, de su compañera de banda en
La Dulce, Samantha Navarro (a propósito de este sitio... Me encanta el colorido y la estética, preciosa, pero qué menús poco amigables. Bah, no tanto, pero podrían ser mejores).
En fin, que un bonito recital... ¡Espero que anden por Buenos Aires alguna vez! dado que Montevideo me queda bastante lejos, máxime sin conocer el lugar, el idioma... JAJAJA...
Fotos
aquí.
* - * - * - * - * - * - * - * - *Flopa dio dos recitales correctos, sobre todo el del 17 de noviembre, acústico o semiacústico, con el gran Rodrigo Guerra y Fernando Kabusacki en guitarras eléctricas, y Agustín Durañona en piano, que fue muy bueno. Igual, como sonar que suena que te suena ¿¿¿¿????, los dos mejores shows de ella que vi este año (fui a muchos pero no a todos) fueron el de
Thelonius Club el 27 de junio, el de
El Nacional el 14 de julio(estos dos, profundamente roqueros, sobre todo este último, cuando se reincorporó a la banda Lucas Herbín, de esa otra gran banda llamada
Brian Storming, que le aportó solidez a la base de los temas junto al impecable Marcos Rocca en el bajo), y el primero del
Centro Cultural de la Cooperación el 3 de agosto, en que relució la vena electroacústica de los temas de Flopa, y en la que a ella, sobre todo, se la vio alegre, contenta, reluciente.
Esto es, los dos recitales de Flopa que vi en El Nacional fueron buenos en comparación con la mediocridad existente en el panorama del rock argentino, pero ella está para más. Sobre todo porque cuando ella está enchufada, su banda se contagia de su
líder.
Prueba de ello fue el recital gratuito que dio en El Piso el 22 de diciembre. Ahí estuvo muy suelta, el sonido fue entre bueno y muy bueno (a veces, uno de los parlantes no respondía a sus mandos naturales) y se mostró comunicativa y feliz (una amiga dice que es por el líquido con abundante HO
- que le regaló con motivo de la presentación de su disco Emoción Homicida -que ya comentaré, pero no es del todo favorable, pero sigue siendo mi primera impresión, pues aún no tuve tiempo de sentarme solo en mi casa y escucharlo completo otra vez, y no sería demasiado objetivo con él-. Y ver a una persona que uno aprecia por las alegrías que le trae lo que ella crea, contribuye a que el clima sea aún mejor.
En El Piso, estuvo rodeada de amigos y parientes, desde unos poetas que leyeron sus poesías (como se hacía antaño), algunos hasta musicalizados -muy buenos-, y ella tocando con su amigo y hermano del alma Rodrigo Guerra -tipo que uno lo mira fijo y se da cuenta que es un tipazo, por esa sonrisa amplia y llena que tiene-, Mariano Esaín, alias Manza, Gabo, Florencia Ruiz sin tocar con ella pero tocando antes, Marcos Rocca desde la barra aportando la amistad, los muchachos de
Mal Elemento, Alejandro Lingenti -musicalizador del evento- y Pablo Strozza, y mucha gente más que no recuerdo. Un cierre de lujo con un recital a pedido que fue espectacular, como digo, porque Flopa estaba particularmente inspirada y los invitados sonaron a la perfección.
Fotos de Flopa en El Nacional el 27 de noviembre,
aquí y
aquí.
* - * - * - * - * - * - * - * - *Gabo hizo lo de siempre, esto es, tocó con músicos nuevos... Jajajaja, qué buen comentario, ¿no?
Gabo tocó en
Niceto Club. Dio un buen recital, donde a mi gusto le faltó volumen a la voz de este muchacho, que quedaba tapada por los instrumentos, y al contrabajo, que no tanto pero casi.
Hizo un mezcladito con temas de sus tres álbumes, aunque yo hubiera querido que le diera más bolilla a los de su último álbum. En resumen, poco más diré de lo que dije aquella otra vez: el tipo tiene una voz muy buena, y además, ha encontrado en el folclore lo que muchos otros buscan en otros géneros musicales, libertad. En ese sentido, el folclore del norte, zambas, cuecas, vidalas, chayas, chacareras, gatos, escondidos, etc., contienen en sí mucha tela para cortar, empezando por la síncopa de sus ritmos, por su coloratura, por su facultad de poder jugar con la voz y los instrumentos, experimentar, sin jamás, jamás, alejarse de la esencia del folclore. Distinto es el tango, del que no opinaré acá porque para pelearme tengo el resto del año, jajajaja...
Y así, saca temas preciosos, íntimos, rebuscados sin ser inentendibles, bellos, preciosos. E interpretados por una banda que acompaña y alimenta ese vuelo.
Fotos
1,
2,
3 y
4PD: Esto iba a ser publicado el año pasado, pero como el plan energético de la todopedorosa presidente Cristina Fernández tuvo éxito... ¡se cortó la electricidad! así que aprovechado que a estas horas se restauró la corriente, y agradeciéndole al señor Blogger por el guardado automático (y al Firefox, maestro, que guarda una imagen de lo que é va haciendo y me permitió recuperar las líneas que aún no habían sido guardadas)... ¡Termina siendo el primer post mío del 2008!
Buena música en sus corazones y en sus vidas. Buena bebida, también. Buena comida, ademas.
Salud, dinero y amor, como el tema de Calamardo...
Gracias por leerme, y que tengan un 2008 hermoso.
